Si te estás preguntando cómo comenzar bien el año, Josué 1:8-9 dice:

«Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el SEÑOR tu Dios está contigo dondequiera que vayas”».

Estudiar, meditar y obedecer son la manera adecuada de acercarnos a la Palabra de Dios. Estas son las instrucciones que Josué recibió al asumir el liderazgo del pueblo de Dios.

Comenzar bien el año estudiando, meditando y obedeciendo

Estudiamos la Biblia para conocer quién es Dios y qué es lo que Él ha hecho a través de la historia. También para comprender qué es lo que Él desea que sepamos acerca de Él y de su plan redentor. De igual modo, estudiamos la Biblia para saber qué es lo que Dios desea que hagamos y para andar en Sus caminos.

Por otra parte, meditamos en lo que hemos estudiado para interiorizar lo que hemos leído. Lo hacemos nuestro con el fin de que la información se convierta en convicción para nuestra vida.

Por último, todo ese contenido lo hacemos nuestro al ponerlo en práctica. Obedecemos lo que Dios nos enseña y nos muestra a través de las Escrituras.

Otra característica que destacar en este mandato del Señor es que hemos de hacer esto «de día y de noche» . Es decir, todos los días, en todo momento.

¿Por qué necesitamos tener un tiempo devocional?

Esta es una de las prácticas más enriquecedoras y satisfactorias que podemos realizar. Reservar un tiempo cada día para leer la Palabra de Dios nos acerca a Él de una manera íntima, personal y sincera. Si aceptas este hermoso reto, después de un año, habrás leído toda la Biblia.

«Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos». Hebreos 4:12

Como puedes ver, el estudio devocional nos lleva a conocernos mejor. Incluso permite que conozcamos en qué punto nos encontramos en cuanto a nuestra relación con Dios.

De igual modo, llega a lo más profundo de nuestro ser con el fin de presentarnos delante de Dios transparentes. Esto significa sin nada que ocultar. En otras palabras, es un momento perfecto para que Dios nos hable, nos guíe y nos ayude a crecer.

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