Depender de tus recursos y de tu círculo social como “fuente” puede llegar a ser una distracción en los momentos de necesidad. En particular porque esta fuente no está para llenar tu necesidad, sino para mantener una posición. Sin embargo, aquel que no tiene acceso a estas fuentes, podría aprender más rápidamente a depender de la provisión y de la guía de Dios. Por sobre todo, debido a su necesidad y a la carencia de otra fuente.

¿Cómo una vida de necesidades resulta en una gran bendición?

Cuando mi madre quedó huérfana a la edad de 11 años, ella sabía que necesitaba recurrir a Dios inmediatamente. Sin lugar a dudas, ella había entendido que Dios es su Padre y la única fuente de esperanza en los tiempos de necesidad.

Ciertamente, en los momentos de intimidad con Dios se encuentran tus bendiciones. Si bien podemos pedir, siempre será mejor si también oramos para disfrutar de su Presencia. No olvides que la Biblia afirma que nuestro Padre se complace en conceder los deseos de quienes se deleitan en Él.

“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”.

Salmos 37:4

¿Qué hace que tus oraciones sean inefectivas?

Piénsalo, escucha tus oraciones, ¿será que suenan así?: “Señor cámbiale el corazón a tal persona para que me dé lo que necesito“

NO hay nada de malo en ser específicos. Aunque sí debemos tener cuidado de no dar órdenes al Dios del cielo y de la tierra. Mucho menos deberíamos usar la expresión “diosito”. Al mismo tiempo, debes estar abierta a la voluntad de Dios y no sólo a lo que tú deseas.

De hecho, la Biblia nos dice que necesitamos ser cuidadosos con la forma en la que nos acercamos a nuestro Padre Celestial.

“Cuando entres en la casa de Dios, abre los oídos y cierra la boca. El que presenta ofrendas a Dios sin pensar hace mal. No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras”.

 Eclesiastés 5:1-2

¿Dejas que Dios sea quien te hable cuando oras?, ¿conversas con Él, o solamente le presentas tu discurso?

He aprendido que a quien tú le pides se convierte en tu fuente

Jesús dice: Pide al Padre. Él es la fuente de todo bien. Esto significa que, como Dios es tu fuente, debes ir a Él con humildad. Y como Él es tu Padre, puedes acercarte a Él con toda confianza.

“Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar? O si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro que no! Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan”.

Mateo 7:9-11

En esta cita bíblica podemos ver que Jesús nos invita a tener la audacia de pedir. A su vez, nos anima a tener la certeza de que nuestra petición no será en vano porque SABEMOS QUE:

  • Al que le pido es a mi Padre.
  • Al que le pido es al Dios de Amor y Él me ama.

Por estos motivos, es importante comprender que Dios es nuestra fuente. Él es quien nos llena de fuerzas y nos bendice abundantemente. Por lo tanto, sin importar las circunstancias que estés atravesando, debes confiar en la provisión del Padre Celestial. Entonces, cuando te preguntes de dónde vendrán los recursos, debes mantenerte firmemente enfocada en la más poderosa fuente de abundancia: ¡Nuestro Dios Todopoderoso!