Génesis «La tierra le pertenece a Dios» – Celebrando el día de la tierra

La tierra es del SEÑOR y todo lo que hay en ella;
el mundo y todos sus habitantes le pertenecen.
Pues él echó los cimientos de la tierra sobre los mares
y los estableció sobre las profundidades de los océanos. Salmos 24: 1 -2

El día de la tierra siempre se siente un poco extraño para mí y creo que podría ser igual para muchos. Esto es porque lo miramos como el día en el que se muchos celebran que la tierra es “La Madre Tierra” o la fuente de todo lo creado o que Dios es la tierra y la tierra es dios, etc. Entonces para los que observamos, pareciera que instituciones o personas con estos pensamientos filosóficos, son los que están a cargo o dominan este día oficial.

Sin embargo, no está mal que nosotros como cristianos tomemos este día como una oportunidad de reflexión interna y recordemos que Dios cuando hizo la tierra y cuando creo al hombre nos constituyó a nosotros como mayordomos de ella.

También entendemos que esto del día de la tierra tiene algunas implicaciones políticas y algunos utilizan exageraciones, pero eso no debería significar que nosotros debamos quitar la mirada de los asuntos concernientes a lo que es conservar la tierra y cuidarla.

Igual, aunque no celebres el día de la tierra debido a que no crees en las mismas filosofías que se predican alrededor de ello, si te invito a que reflexiones conmigo sobre nuestra responsabilidad delante de Dios y también nuestra responsabilidad por los que quedan aquí una vez que ya no estemos. Mínimo queremos dejar un buen ejemplo en el cómo nos manejamos mientras estuvimos aquí.

Miremos lo bíblico
Las Escrituras nos hablan de la asignación dada por Dios al hombre de cuidar de su creación. Podemos leerlo como una de las primeras cosas que Dios nos pidió hacer en Génesis 2:15. Leámoslo en tres diferentes versiones:

El SEÑOR Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara;” (Nueva Traducción Viviente)

» Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.» (Reina Valera 1960)

«Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.» (La biblia de las Américas)

En este texto encontramos la orden de Dios al ser humano de ser mayordomo del huerto en el que Dios mismo lo colocó. La iniciativa de servir y trabajar el jardín en el que hemos sido colocados viene de Dios y esto nos hace ver la importancia de que debe existir una influencia de los hijos de Dios sobre los asuntos prácticos cuando se trata del cuidado de la tierra misma.

Cuidemos la tierra
El concepto de cuidar la tierra como una orden de Dios también se ve después de la caída, por ejemplo, en Levítico 25:1-5

» En el monte Sinaí el SEÑOR le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «Cuando ustedes hayan entrado en la tierra que les voy a dar, la tierra misma deberá observar un año de reposo en honor al SEÑOR. Durante seis años sembrarás tus campos, podarás tus viñas y cosecharás sus productos; pero llegado el séptimo año la tierra gozará de un año de reposo en honor al SEÑOR. No sembrarás tus campos ni podarás tus viñas; no segarás lo que haya brotado por sí mismo ni vendimiarás las uvas de tus viñas no cultivadas. La tierra gozará de un año completo de reposo.”

Antes de la caída parece que Adam no necesitó tener instrucciones detalladas o simplemente el relato de Génesis no lo menciona por no ser el tema principal de las Sagradas Escrituras. Pero, luego en este verso de Levítico, la implicación en estos versículos es que la tierra debe descansar, debe saberse labrar la tierra para que produzca cultivos que son beneficiosos para el ser humano, pero también se debe cuidar y esto supone el no abusarla con avaricia pensando que podemos obtener más de ella.

Aquí también encontramos varios conceptos importantes:
– Dios como dueño de todo y cuidador número uno de todo lo creado, ordena y espera que nosotros como su pueblo tengamos la misma actitud que él tiene sobre lo que él ha creado, en este caso los plantíos que nosotros mismos sembramos y los que naturalmente aparecen como los bosques y campos.

– Este pasaje nos ayuda a entender que cuando comemos de los cultivos, la tierra que parece ser la fuente de nuestro alimento y por lo tanto sustento, no lo es. Dios es la fuente de todo. Esto lo podemos ver aún más claro cuando leemos Deuteronomio 11: 12 y entendemos como Dios se refiere acerca de la tierra prometida de esta manera: “una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año!”

– Dios nos está dando la sabiduría que necesitamos para que la tierra produzca de manera próspera para nuestro beneficio, sin desgaste de ella y así darle Gloria a Dios. También este punto se afirma aún más con las palabras de Dios a su pueblo por medio del profeta en Jeremías 2: 7:
Cuando los traje a una tierra fértil
para que disfrutaran de sus bienes y de su abundancia,
contaminaron mi tierra
y corrompieron la posesión que les había prometido

En otras palabras, la tierra, y todo lo creado le debe honor a su creador, Jehová Dios.

Somos administradores de la tierra y tenemos la responsabilidad de cuidarla.

La Escritura es clara en que toda la creación de Dios, no solo la humanidad, le trae gloria. Por lo tanto, nuestra mayordomía y mantenimiento correcto de la tierra (de acuerdo con sus preceptos), es una de las mejores maneras de darle honor a Dios. Es por esto por lo que personalmente creo que nuestra responsabilidad social con respecto a la tierra y el medio ambiente se deriva de nuestra creencia bíblica de que los seres humanos somos creados por el mismo Dios que creó todo el universo y todo lo que hay y, nos colocó desde el principio de la creación como mayordomos de la tierra.

Cuidar la tierra, porque es Su creación y le pertenece a Dios, es responsabilidad del que toma en serio el trabajo de ser mayordomos.

Salmos 24:1: » La tierra es del SEÑOR y todo lo que hay en ella;
el mundo y todos sus habitantes le pertenecen «.

En mateo 25: 14 donde Jesús habla de ser buenos mayordomos no solo habla del dinero, habla de que el dueño del campo se fue y dejo todos sus bienes a sus siervos.
Dios ama a su creación. Dios sostiene su creación y lo redimirá de acuerdo con Su plan perfecto, pero creemos que Dios nos ha invitado al proceso y tarea de mantenerla.

¿Qué diría Dios en el día de la tierra?
En esta temporada es fácil ver personas con carteles donde exponen su opinión sobre el cuidado de la tierra. Es por esto por lo que te animo a reflexionar:
¿Qué gran cartel crees que levantaría Dios para mostrar su punto de vista sobre el cuidado de la tierra?
Sería interesante saber la opinión de Dios cuando ve los letreros que dicen: “Salva las ballenas” o “No contamines más la atmosfera” ¿O crees que a él no le importa nada de eso?

Creo que Dios sabe que debemos de parar de hacer locuras con su creación, especialmente cuando tiene que ver con la contaminación que traen ciertos actividades egoístas y maliciosas. Pero ¿qué significa esto de cuidar la tierra para ti?

Lo que podemos hacer hoy en nuestro circulo de influencia
Trabajar la tierra y mantenerla en orden puede significar agregar estas actividades a tu agenda familiar:
– Sembrar un jardín juntos en casa, dejarle ver a nuestros hijos como crecen de semillas las plantas.
– Leer el evangelio de Marcos, por ejemplo y ver todas las veces que Jesús habla sobre sembrar la tierra o como Él le habla a la creación y esta le obedece.
– Sembrar un árbol o más de uno en un lugar significativo para tu familia.
– Caminar un bello jardín en diferentes estaciones del año y recordar los versos de los salmos 96 – 100 que hablan sobre la creación.
– Visitar los mercados de verduras de los granjeros locales y comprarles directamente a ellos. Luego, comer en familia del fruto de la tierra en ensaladas y jugos agradeciendo a Dios por su provisión.

Él tiene el mundo entero en sus manos, por lo que no estamos predicando que debemos salvar a la diosa llamada “madre naturaleza” como si ella fuese la fuente de nuestro sustento. Debemos cuidar la tierra debido a que nuestro único y verdadero Dios, quien es la fuente, creador y sustentador de todo, nos ha entregado esa tarea en mayordomía.

Cuidemos la tierra reconociendo que Dios quiere usar nuestras manos para lograr lo que El planificó que sea hecho aquí en la tierra (Su voluntad) y traerle a El honor y gloria.