Observar la naturaleza es una de las grandes bendiciones que Dios nos regala a todos. De hecho, muchas veces es una fuente de inspiración para quienes aman escribir. Si este es tu caso, y eres de las que siempre tiene un lápiz en la mano para escribir, bienvenida al club.

Si te gusta escribir en tu diario, quiero recordarte que es una actividad que nos ayuda a mantener una buena salud mental. Sin embargo, a pesar de que me encanta apuntar detalles del día a día, quizá nunca apunto mis mejores momentos cuando estos ocurren. Esto sucede porque cuando llegan no puedo permitirme parar para escribirlo en un papel. Mucho menos detenerme de absorber toda la belleza del momento como para hacer una publicación en Facebook. ¿Verdad que nos pasa? Esta es la razón por la que nuestro planificador Demos Gracias tiene una sección semanal que permite apuntar los momentos felices.

De igual manera, uno de los momentos que nos trae felicidad y muchas bendiciones es aquel en el que decidimos observar la naturaleza. A continuación deseo compartir contigo algunas de las bendiciones que puedes disfrutar cada vez que elijas pasar tiempo en contacto con la naturaleza.

Nos trae descanso

Observar la naturaleza es el marco perfecto para los momentos felices en familia. Cuando estoy feliz y satisfecha al lado de mi familia, se me olvida tomar fotos. Lo cual es una cosa extraña entre nosotros, ya que amamos la fotografía. Simplemente me dejo llevar por el amor y me sumerjo en el momento en compañía de mis seres queridos.

Por lo general esto me sucede cuando estoy en contacto con la naturaleza o en una playa un poco desolada. Como lo hicimos en nuestras vacaciones de primavera, caminando en un jardín, o disfrutando de un viaje en carro bajando la montaña.

¿Por qué los considero mis momentos felices? Porque mi corazón se siente apacible, tranquilo y sosegado. Todo esto forma parte de las bendiciones de observar la naturaleza.

Nos ayuda a entender las temporadas de la vida

Estoy muy emocionada porque llegó la primavera después del invierno, aquí, en Carolina del Norte.

La primavera es una temporada del año que viene a recordarnos que vale la pena sembrar en el jardín de nuestras vidas. Cuando en la primavera tomamos tiempo para observar un jardín, ya sea el tuyo o un jardín público en la ciudad, notaremos que lo que sembramos en la tierra mostrará pronto sus frutos y flores. Y si en el otoño pasado sembraste tulipanes, esta primavera te vas a sorprender con los bellos colores que aparecerán en tu jardín.

Nos enseña a vivir sabiamente

Las Sagradas Escrituras nos enseñan que hay sabiduría al observar la naturaleza. Por ejemplo, Jesús utilizó la observación de la naturaleza para enseñar sobre el carácter de nuestro Padre Celestial cuando dijo: «Miren cómo crecen los lirios del campo.»

De esa observación notamos que Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres; y en conclusión nos dice: «tengan por seguro que cuidaré de ustedes». Como puedes ver, otra de las bendiciones de observar la naturaleza es poder recordar el cuidado de nuestro Padre celestial.

Cuando camino en la playa, recuerdo que la Biblia nos dice que Dios puso los límites para el mar:

«Estaba ahí cuando puso límites a los mares, para que no se extendieran más allá de sus márgenes. Y también cuando demarcó los cimientos de la tierra.»

Proverbios 8:29

«Pues lo encerré detrás de portones con rejas y puse límite a sus orillas. Dije: “De aquí no pasarás. ¡Aquí se detendrán tus orgullosas olas!”.»

Job 38:10-11

La Biblia dice que Salomón se hizo sabio observando la naturaleza. De las múltiples lecciones que aprendió, utilizó algunas al escribir su libro de Proverbios, el cual tiene por objetivo enseñarnos a vivir una vida sabia.

Adicionalmente vemos cómo el Señor utiliza la naturaleza para enseñarnos lecciones de cómo vivir.

«Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes para él mucho más valiosos que ellos? ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?»

Mateo 6: 26-27 (NTV)

Esto nos insta a vivir en confianza.

Nos revela lo que somos

Otra de las bendiciones de observar la naturaleza es que nos revela mucho acerca de quiénes somos para nuestro Creador. Por ejemplo, aunque un árbol no hable, puede servirnos de ejemplo al observarlo. Es decir, comunicándonos o haciéndonos entender lo que fue dicho en Salmos 1:3: «Soy como un árbol plantado junto a corrientes de agua.»

Meditando en estos versículos pude hablarme en mi interior: «Soy un árbol plantado, Dios me planto aquí, ocupo un lugar y un espacio que nadie puede tener mientras yo estoy. Nadie puede decidir que yo simplemente no existo.» Esto sucedió un día cuando me sentí perdida, sin dirección o valor propio. Jesús nos habló de nuestro valor utilizando a los gorriones:

«¿Cuánto cuestan dos gorriones: una moneda de cobre? Sin embargo, ni un solo gorrión puede caer a tierra sin que el Padre lo sepa. En cuanto a ustedes, cada cabello de su cabeza está contado. Así que no tengan miedo; para Dios ustedes son más valiosos que toda una bandada de gorriones.»

Mateo 10:29-31

Ahora ya conoces distintas bendiciones que nos ofrece el hecho de observar la naturaleza. De forma adicional, si quieres seguir conociendo más reflexiones así como esta, te invito a descargar gratuitamente nuestra revista Vive a plenitud. En ella podrás encontrar diferentes palabras del Señor que bendecirán tu vida.