Los humildes pastores y su invitación para seguir a Jesús
La historia de la Navidad está llena de grandeza y misterio. Conocemos a los tres reyes de Oriente que siguieron una estrella para encontrar al rey recién nacido, pero ¿qué hay de los humildes pastores? Ellos también fueron invitados a venir a conocer al Mesías. Aunque sabemos que aceptaron la invitación, ¿por qué no solemos tener en cuenta su historia cuando reflexionamos sobre la Navidad? Exploremos por qué estas humildes personas decidieron emprender este viaje y cómo su decisión nos afecta a todos hoy
A primera vista, puede parecer extraño que nunca oigamos hablar de nadie más que siga a los reyes de Oriente para buscar a Jesús. Pero, de repente, dos ángeles se presentan ante un grupo de pastores y les invitan a ir a verlo. ¿Qué hace diferentes a estos pastores? ¿Por qué los eligió Dios en lugar de cualquier otro?
La respuesta está en su humildad; no tenían poder ni influencia y, sin embargo, estaban abiertos a aceptar la invitación de Dios. En cambio, los que seguían a los reyes probablemente querían algo a cambio -una muestra de poder o una recompensa-, pero estos pastores reconocieron que Jesús era una invitación como ninguna otra. Tuvieron la fe suficiente para dejarlo todo y seguirle sin esperar nada a cambio, y por eso recibieron una bendición tan increíble: estar entre los primeros seres humanos que conocieron a Jesús.
El Señor no hace acepción de personas, lo que significa que esta misma invitación se aplica a todos nosotros hoy Al igual que invitó a aquellos humildes pastores a su presencia con amor y gracia, también nos hace esa misma oferta ahora. Lo único que necesitamos es la fe suficiente para aceptarla y emprender nuestro propio camino hacia Cristo. Al igual que aquellos pastores que iban por ahí contando lo que veían, nosotros también podemos compartir nuestras historias con los demás, para que más personas lleguen a conocerlo también
Los humildes pastores fueron invitados por Dios mismo a un viaje hacia Jesús; a pesar de su falta de posesiones mundanas o de influencia, aceptaron esta llamada con la fe suficiente para confiar plenamente en Él. Esta misma invitación sigue vigente hoy en día; ¡ojalá nosotros también tuviéramos la fe suficiente como aquellos pastores hace tanto tiempo para aceptar este precioso regalo! Que cada uno de nosotros abra su corazón lo suficiente como para recibir su gracia y así poder salir a contar su gloria a otros, tal y como hicieron aquellos valientes hace tantos años.
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