Como ya sabemos, antes de la sinopsis, lo primero que los lectores van a ver de nuestro libro es la portada. Parece absurdo que una simple imagen pueda influir en la compra. Sin embargo, este aspecto dicta sentencia sobre el contenido, echando por tierra el trabajo de escritura que tanto tiempo nos ha llevado. No obstante, somos así, profundamente visuales. Nuestros ojos dominan y controlan nuestros deseos.

Por ello, no podemos permitirnos publicar nuestro libro con una portada inapropiada o poco llamativa. En especial, cuando estamos autopublicando tenemos que centrar los esfuerzos en diseñar una portada increíble. Y el primer paso para conseguirlo será dejar a un lado las mamarrachadas y las opiniones propias. Te la estás jugando, se trata de tu carta de presentación dentro de un mercado saturado.

A continuación te dejo una guía práctica sobre cómo escoger la portada para un libro, atendiendo a valores objetivos. Y no olvides unirte al Reto GRATIS: Escribe y Publica en 30 días.

Simbolismo

La portada de un libro no tiene por qué ser exactamente igual a la historia. Sin lugar a dudas, si observamos la tendencia actual, la portada cada vez se parece menos al libro. Se ha producido una evolución en el diseño, el cual ya no es un reflejo del relato. Su objetivo es agregar valor a éste mediante la interpretación, un concepto o un aporte moral.

Por otro lado, en la actualidad domina el simbolismo. Es decir, la asociación de ideas mediante símbolos. Un ejemplo son las ediciones de La metamorfosis, de Franz Kafka. Allí se presenta a la cucaracha como metáfora de la soledad.

Además, al escoger la portada para un libro, no olvides que tienes que sugerir y evocar. Evita desvelar detalles de la trama o de los personajes. Si la protagonista de tu historia es rubia, la chica que aparezca en la portada no tiene por qué serlo también. De hecho, si incluyes la foto de una persona real, caracterizada como uno de los personajes (algo habitual en aventuras épicas), perderás el factor sorpresa. Uno de los mayores alicientes que tienen los lectores es descubrir e imaginar, así que no se lo quites. Debes hacer un diseño más simbólico y complejo, y no sólo basarte en la interpretación general. Se trata de un aporte más creativo.

La portada que vende es aquella que impresiona

Uno de los mayores errores en los que se cae al diseñar una portada, es dar por sentado que al verla el lector sabrá de qué va la historia. Además, pensando de esa manera, corremos el riesgo de ser prejuzgados. Las portadas no deben decir de qué va el libro. Esto significa que no tienen que ser un spoiler, sino plantear un interrogante.

Si la trama principal se desarrolla en un tren, puede aparecer un tren en la imagen. Pero debe contar con algún elemento más, que lo saque de la literalidad.

Por lo tanto, la portada debe ser impactante. Rompe con la típica foto de paisajes trémulos y haz que tu libro no parezca uno más del montón. Como decíamos al inicio, tienes que lograr la mirada del público. Esto quiere decir atraerlos hasta tu libro y despertarles las ganas de devorarlo. ¿Prefieres una portada aburrida, un calco de la historia, o una que dirija los sentidos hacia ella?

El diseño es trabajo de un profesional

Los diseñadores profesionales tienen mayor capacidad analítica y de síntesis. Hacer la portada en función de las bases y las reglas del diseño editorial es su labor. Así que, si no eres hábil en esta área, no dudes en contratar los servicios de diseño de portada para tu libro. Cuando lo hagas, redacta un documento que detalle:

  • De qué trata el libro.
  • El género.
  • Quiénes y cómo son los personajes principales.
  • El espacio-tiempo en que tiene lugar la historia.
  • Elementos importantes a destacar.
  • Ideas o estilo que tengas en mente.

Esta información ayudará a crear un espacio común, donde su libertad creativa y tus deseos encuentren el equilibrio.

Cuando vayas a escoger la portada para un libro, recuerda que debes abandonar tus gustos personales. Hay muchas probabilidades de que no te agrade en absoluto el primer diseño que el profesional realice. No obstante, eso no quiere decir que se trate de un mal diseño, sino más bien todo lo contrario.

Aunque no sea lo que esperabas, seguramente sea lo que tu libro necesita. Abre tu mente y deja trabajar al diseñador. Y si quieres hacer alguna puntualización, no dudes en comunicárselo. Puedes comentarle tu opinión sobre la tipografía o aportar ideas. Pero siempre hazlo desde el respeto y la objetividad. Jamás debes ceder ante el niño caprichoso (e inexperto) que llevas dentro.

Sé artístico

Aunque consigamos una foto impresionante a nivel técnico para la portada, no debemos dejar por el camino la creación artística. Toda buena portada debería tener algún punto artístico. Éste será como un halo mágico, que sobrevuela sobre el libro y que no podemos definir con exactitud, pero que nos toca por dentro. Hay portadas que son una verdadera maravilla, que podrían exponerse como cualquier pintura. Y eso se debe, como ya hemos señalado, a la capacidad para abstraerse y ver más allá de la literalidad. Si un lector se gira a mirar tu libro, es porque ha detectado algo que no posee el resto.

Fotografía, dibujo o ilustración de buena calidad

Cuando selecciones una imagen para la portada de tu libro, asegúrate de que cumple con los requisitos mínimos de calidad. Si queremos una buena portada, la ilustración o fotografía que usemos no puede estar pixelada o deformada.

Una imagen que es horrenda de antemano se convertirá en un pequeño monstruo al intentar componer con ella. Obvio, ¿verdad? Te sorprendería comprobar el número de veces que se comete este error en pleno 2020. Los programas de edición como Photoshop hacen grandes proezas, pero no milagros. No se puede sacar calidad de donde no la hay. ¿De verdad quieres dar una imagen tan poco profesional? ¿O deberíamos decir “poco ética”? Suena exagerado, pero no lo señalamos en vano.

Qué NO hacer al escoger la portada para un libro

Ya hemos aclarado qué debe tener una buena portada. Ahora, vamos a definir las reglas que no puedes saltarte nunca:

No saques material de internet

Cuidado con las imágenes que elijas. Además de que no van a estar en la calidad apropiada, podrías estar atentando contra los derechos de autor. No puedes usar sin juicio y sin límites todo lo que encuentres en la red.

Jamás debes diseñar una portada con la foto de autor

Poniéndonos un poco dramáticos, esto roza la criminalidad. Poner una foto tuya en la portada es ególatra, transmite falta de juicio y de gusto. Y peor aún, da la sensación de que no tienes nada que ofrecer. Mejor reservarla para la biografía, las entrevistas, las notas de prensa, el blog de autor, la página de Facebook.

Nada de portadas kitsch o de mal gusto

Por ejemplo, en poesía o prosa poética, es habitual encontrar un hada en plena naturaleza. O tal vez una chica en medio del mar, rodeada por la luna y las estrellas. Esas imágenes, además de estar trilladísimas, ni siquiera se acercan a la esencia de tu libro. Lo hacen uno más de tantos otros.

Aparta los sentimentalismos

Cuando diseñas una portada, debes pensar en tu público objetivo. A la vez, deja de lado todo aquello que tiene un valor sentimental para ti. Por ejemplo, si tu novio te ha diseñado una postal muy cursi por San Valentín, emplea las páginas de cortesía para agradecérselo. Con eso bastará y no será necesario dedicarle la portada con esa postal. Por muy respetables que sean tus intenciones (y tus sentimientos, por supuesto), no es lo más adecuado. Tienes que pensar en vender, en ti como escritor/a y no como persona.

Por último

Si tienes dudas sobre cómo escoger la portada para un libro, cuidado al fijarte en las cubiertas de los más vendidos. Es cierto que esto puede ayudarte a orientarte, a analizar la tendencia del mercado y a acercarte a tu público objetivo. Sin embargo, cuando se trata de un autor consagrado, ya no se otorga tanta importancia al diseño de la portada. Esto se debe a que la gente ya le conoce y sabe qué va a encontrar en su libro. Es decir, la portada no será el centro de atención ni resultará decisiva en la compra.

Por esta razón, lo mejor que puedes hacer es acudir al servicio de diseño de portada de un profesional. Comprueba por ti mismo todo lo que puedes conseguir por un precio asequible.

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